La
nueva tienda es el inicio de la estrategia de expansión
comercial de Amantis. Se conservan algunas de las
características, más psicológicas que
físicas, de la primera tienda y se avanza en la
plasmación del carácter amable, cálido y
lúdico seña de identidad de los propietarios.
Su situación en el Rastro es determinante de la
organización espacial. Se espera que en domingos y festivos por
la gran afluencia de gente, se produzca un efecto “circulación”,
que determina la existencia de dos puertas a la calle y la
posición perimetral de las estanterías.
Exteriormente se restaura la fachada tradicional de madera y el
zócalo de granito y se reinterpreta el típico cartel de
la tienda madrileña. El toldo, de gran capacidad expresiva, se
convertirá en el signo de llamada a larga distancia.
Los logos de Amantis, tanto en el interior como en el exterior, se
integran en los distintos elementos de la tienda: fachada, puertas de
vidrio, estanterías…
Funcionalmente, se organiza una gradación de los contenidos en
función de su “dureza”, desde la calle al fondo del local.
Estanterías salientes, el mostrador, los pilares existentes, el
diseño del techo y la ventana al patio al fondo crean una
situación de continuidad matizada, que amplía la
percepción de profundidad del espacio y aclara la mencionada
gradación de contenidos.